viernes, 8 de julio de 2011

¿CÓMO ELEGIR UNA CARRERA PROFESIONAL?

En el camino de la Planificación de carrera, tenemos que recorrer muchas vías, empezamos con  la Selección de Carrera, esto es, tenemos que decidir qué carrera estudiar, luego cuando iniciamos nuestra búsqueda de trabajo, tenemos que demostrar lo que hemos aprendido en la Universidad iniciando nuestro camino a la Inserción Laboral, momento en el cual nos damos cuenta que existe mucha competencia buscando trabajo igual que nosotros, por lo que empezamos a pensar en prepararnos para esos procesos de Reclutamiento y Selección de Personal a fin de encantar con todas nuestras fortalezas y competencias para marcar la diferencia con el resto de otros candidatos.

Una vez que ingresamos al Ámbito Laboral, entendemos que tenemos que darnos tiempo para mejorar nuestras destrezas y habilidades para la interacción laboral específicas, para lograr un óptimo Desarrollo de Carrera, camino que nos llevará a la gran meta de poder administrar nuestra carrera.

De este modo, para llegar a tal meta iniciamos nuestro andar con la Selección de Carrera que muchas veces nos encuentra en una etapa de la vida en que no sabemos para dónde vamos, en muchos sentidos.

La norma es que tenemos que decidir qué carrera estudiar cuando estamos terminando nuestra Enseñanza Media, esto es, cuando estamos terminando nuestro último año de enseñanza secundaria - cuando estamos tratando de que nos vaya bien en la Prueba de Selección Universitaria - cuando estamos haciendo los esfuerzos posibles para que nuestro promedio de notas al terminar el año sea el que necesitamos para ingresar a la vida universitaria - cuando en el afán de prepararnos bien, también nos encontramos asistiendo a clases y rindiendo en algún pre-universitario - cuando tratamos de salir airosos de todos los exámenes de cuarto medio - cuando nos pasa todo eso, también nos pasa que tenemos que decidir qué carrera estudiar.

¿No será mucho para alguien que está trabajando por terminar su último año antes de ir a la Universidad?

Bueno, si es mucho o poco no importa a esta altura, porque - sí o sí - tenemos que elegir. Por esto, un Sistema rápido y eficiente nos asegurará no errar al elegir  una carrera y además nos hará sentirnos realizados profesionalmente ya que la carrera elegida será la que más “calza” y se adapta a nosotros.

Un Sistema rápido y eficiente implica una evaluación precisa de nuestras motivaciones, es decir de aquellos intereses que están más fuertemente presentes en nosotros, aquellos intereses que nos hacen escoger entre muchas otras actividades sólo algunas muy específicas, de ahí que es importante quedar con la sensación de poder decir “descubrí qué me gusta de entre todo lo que me gusta”. Son estos intereses los que nos moverán para no querer dejar una carrera a medio terminar, son estos intereses los que nos brindarán satisfacción al ejercer una profesión.

Al mismo tiempo, un Sistema rápido y eficiente debe incluir una evaluación de las habilidades de cada uno, ya que muchas veces nos gusta algo pero nos cuesta realizar, no sabemos por qué si tenemos tantas ganas de realizarlo, no nos sale o nos cuesta mucho llevarlo a cabo, por ahí va el tema de las habilidades personales.

Tenemos que averiguar cuáles son las habilidades que tenemos más desarrolladas y cuáles nos significa un esfuerzo ponerlas en práctica. Con esa información, sabremos y entenderemos por qué a veces sentimos que algunas cosas nos resultan más fáciles y nos fluyen.

Del mismo modo, un Sistema rápido y eficiente nos dará cuenta de cuáles aspectos de nuestra personalidad se hacen presentes al realizar las actividades propias de alguna profesión específica.

Muchas veces, quienes rodean a la persona que tiene que decidir su carrera, le impulsan a elegir una carrera considerando sólo algunos aspectos y no su personalidad, todo el conjunto necesario para realizarse profesionalmente, es así que luego de estudiar dos años en la universidad se dan cuenta que no les gusta, que no sirven para eso, que no se imaginan haciendo esa actividad toda la vida, y consecuentemente se frustan al pensar que están perdiendo el tiempo y se retiran, comenzando nuevamente a pensar qué hacer, qué estudiar, lo que muchas veces implica sentirse inseguro de este punto en adelante, se cuestionan y piensan...¿ me volverá a pasar lo mismo en otra carrera? ¡Cómo se hace importante considerar la personalidad de cada uno!... No por tener las mejores calificaciones en Biología, será un realizado Doctor.

Además de todo lo anterior, no podemos olvidar el conocer y evaluar nuestras potencialidades inherentes y desarrolladas en cada uno, a través de la experiencia personal, los aportes que podemos hacer y que no sabemos o desconocemos su existencia en nosotros, tenemos que conocer también nuestras competencias, lo que nos hace distintos y más necesarios que otros profesionales incluidas las habilidades de interacción social, tan valoradas en el ámbito laboral, en estos días.

Un Sistema rápido y eficiente le entregará toda esa información que al mismo tiempo le permitirá decidir qué carrera estudiar, sobre una base concreta llena de un real e integral conocimiento personal.

PSICOLABORAL, ha desarrollado una Sistema rápido y eficiente con una metodología ampliamente comprobada. (www.psicolaboral.cl)

ENOJADOS EN EL TRABAJO...¿CÓMO MANEJARNOS?

En el trabajo, hay muchas actividades que suceden y siempre existe la posibilidad de que algo o alguien te altere, cuando esto suceda y tengas que hablar con tu jefe, colegas o compañeros, muchas veces sin darte cuenta habrás provocado una situación de enfrentamiento que, quieras o no, hace que al día siguiente ni desees mirar a los otros. Cuando esta situación se presenta, parece ser que la mejor actitud es no decir nada, dejar que ese momento pase, hasta que te sientas tranquilo y sereno.

Por lo tanto, para salir del paso y evitar agrandar el problema no digas nada, puedes decir que la situación no te gusta o puedes pedir hablar más tarde y, en seguida, abandona el lugar. Ahora, si no puedes abandonar el lugar, quédate en silencio, cuenta hasta siete y respira profundamente.

Supongamos que tienes que hablar y aún no te sientes sereno, no exageres diciendo: “Siempre eres…”; tampoco deberías enjuiciar al otro, diciéndole “eres incapaz de…”, ni menos insultarlo dejándole “humillado” en algún sentido.

La clave es tratar de hablar desde el YO, habla y comunica qué te pasa a ti con esa situación particular, no le digas al otro cómo es o cómo se comporta, sino cómo te hace sentir lo que él/ella hace, cuáles son los efectos en ti de la conducta y palabras de él/ella. Deja que el otro te entregue su parecer al respecto, haz que sienta que realmente le pones atención y sugiérele alternativas para futuras situaciones.

Si tomas esta actitud, harás que el otro se dé cuenta realmente de cómo te llegan sus palabras o actos, de cómo estás recibiendo esas palabras o acciones, hecho que muchas veces el otro no se ha dado cuenta, no ha percibido y que recién en ese momento lo reconoce. Así, generalmente termina pidiendo disculpas y preguntando “¿Por qué no me lo habías dicho?”... o diciendo “No pensé que te hacía sentir mal”...
 
Dile al otro por qué actúas como actúas, dale a conocer tus razones. De este modo, entenderá tu reacción, y la relación fluirá en armonía.